Separa la ropa: Separa la ropa blanca de la de color y la ropa delicada de la resistente. Esto evitará que los colores se desvanezcan y que las prendas delicadas se dañen.
Usa un buen detergente: Elige un detergente de buena calidad y con una fragancia agradable. Asegúrate de seguir las instrucciones del fabricante en cuanto a la cantidad de detergente que debes usar.
Agrega suavizante de telas: Añade un suavizante de telas al ciclo de enjuague para que la ropa quede suave y con un aroma agradable.
Lava la ropa en agua caliente: Lavar la ropa en agua caliente ayuda a eliminar la suciedad y los gérmenes, lo que puede ayudar a que la ropa huela más fresca.
Lava la ropa con regularidad: Lava la ropa con regularidad para evitar que se acumulen los olores. Si tienes prendas que no usas con frecuencia, asegúrate de lavarlas antes de guardarlas.
No sobrecargues la lavadora: Asegúrate de no sobrecargar la lavadora, ya que esto puede impedir que la ropa se lave correctamente y afectar su aroma.
Airea la ropa: Después de lavar la ropa, cuélgala al aire libre o en un lugar bien ventilado para que se seque al aire libre. Esto ayudará a que la ropa tenga un aroma fresco y agradable.
Siguiendo estos consejos, podrás lavar tu ropa y lograr que huela rico y fresco.
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